Hay una fuerza universal capaz de destruir toda maldición de nuestras vidas, un motor generador de expansión, que postra cualquier energía densa que esté impidiendo la comunicación con nuestra verdad interior.
Hoy quiero dejarte un mensaje divino que resuene en tu ser, te eleve a frecuencias superiores y te conecte con LA LEY DEL ORDEN UNIVERSAL.
“Quien entonces entiende el bien, podrá también saber amar; pero aquel que no puede distinguir el bien del mal, y las cosas que no son ni buenas ni malas de ambos, ¿podrá poseer el poder de amar?»
–EPÍCTETO–
Increíble la verdad divina que se manifestaba en la mente de los pensadores Griegos. Epicteto llegó a comprender el juego que vivimos en la mátrix, un caos que alimenta el ego, la separación, la división y el odio, criando así, corazones duros.
El amor excede a todo entendimiento terrenal, es la fuente de riqueza, es la presencia inagotable de Dios en nuestras vidas, un manantial de agua fresca que renueva, que fortalece y moldea nuestro ser a su imagen y semejanza.
La verdad del amor jamás podrá manifestarse en nuestras vidas cuando carecemos de conocimiento divino, y me refiero al verdadero significado de “conocer”, quien conoce, VE y “EXPERIMENTA, vive la palabra, el sentir y la acción en concordancia con planos muy elevados. Este “conocimiento divino” te dará sabiduría y entendimiento para estar vibrando en la frecuencia más pura del amor, en la unidad.
Para encontrarnos con el amor divino hay que volver a la raíz de nuestra esencia, hay que regresar a casa con el Creador. Y cuando empezamos la travesía, la luz, nos deja ver al desnudo nuestras máscaras más ocultas, espacios oscuros de nuestro ser que deben ser transformados. Este proceso desde la cábala se llama, corrección de alma, y cuando la fuente divina corrige, obra con severidad para sacar el poder real que durmió en ti por mucho tiempo. Transitarás por un sinuoso camino, lleno de laberinto y caos que llevan a la muerte. Pero no me refiero a la muerte física, sino a la muerte de toda carne, de todo deseo, de todo efecto placebo que nos produce la acción de estar constantemente recibiendo sólo para nosotros mismos.
Imagina una fuente de agua cayendo sobre un recipiente lleno de piedras. De seguro que el agua ocupa algo de espacio entre las piedras en el recipiente ¿verdad? Pero ¿Qué pasaría si voy retirando una a una las piedras? Evidentemente, más agua ocuparía el recipiente, hasta llenarse por completo. Pues, de eso se trata la limpieza del ser. En este ejemplo, la luz de Dios es el agua, esta luz siempre llega en abundancia, siempre está ahí, pero, el recipiente, es decir nuestro cuerpo habitado por mente, alma y espíritu, está lleno de piedras y estas piedras son las impurezas, todos nuestros malos hábitos, pensamientos y acciones. Comprendes ahora ¿Por qué muchas veces, no podemos ver la luz inagotable del creador, no podemos sentir su amor y su gracia? Antes de recibir su abundancia, él observará nuestros recipientes, y mientras estos estén haciendo espacio para la luz, más amor experimentaremos en nosotros mismos.
Estos cambios son muy dolorosos pero liberadores, entregarse al proceso es la clave. Llevamos piedras tan pesadas en nuestros recipientes que se nos hace un camino lleno de esfuerzo para despojarnos de ellas, pero en estas transformaciones, es cuando más acompañados estamos de la divinidad. Los ojos del cielo están observando tu esfuerzo en cada paso. Dios jamás te dará más de lo que puedas soportar. Su plan es perfecto en ti, confía. De lo contrario, el infortunio acosará tu existencia hasta que no respondas al llamado cósmico y divino para tu elevación.
El mundo ha corrompido el amor, lo ha mal barateado, lo ha pisoteado con falsas realidades, estructuras y formas de pensamiento que alimentan el conflicto en el mundo. Estamos en una era de maldición colectiva creada por nuestra irresponsabilidad, por ser fieles a las cosas del mundo, a las leyes del hombre y su sed de poder.
¡Es momento de hacernos cargo! De actuar y movernos bajo los fundamentos del AMOR, LA ÚNICA LEY CÓSMICA, UNIVERSAL Y DIVINA que romperá, maleficios, ataduras y pactos con el mal.
¿Qué nos quiere decir Dios respecto al amor? ¿Qué mensaje nos quiere dejar para empezar a construirnos en un amor cósmico universal? Te lo explico y cuento en el siguiente podcast con un mensaje canalizado desde la fuente divina.